Un buen roscón, el deseo de Aceites Abril para esta Navidad

Adobe Stock

La empresa se une a panaderías y confiterías gallegas para reivindicar el típico dulce


PAULA RAMOS


La Navidad es el momento de mayor despliegue gastronómico del año. El más variado y, también, el más dulce, pues los postres crean su propio universo paralelo, cada año más inmenso. Son muchas las personas que esperan con ilusión la llegada de ese momento de fiesta palatal. Muchos los que salivan solo con escuchar de refilón la palabra roscón. Un dulce tan típico como especial que Aceites Abril ha querido reivindicar en su nueva campaña.

Los obradores coinciden en que el secreto del buen roscón está en la calidad de los ingredientes

Lo ha hecho de la mano de panaderías y confiterías gallegas y con un objetivo preciso: poner en valor el buen hacer culinario del tradicional dulce. Una puesta en valor frente a otras elaboraciones como el panettone. La campaña ha contado con la participación de A Tahona en A Coruña, y las confiterías Madarro, en Lugo; Arva, en Ourense; y El Molino, en Vigo.

El ingrediente secreto del mejor roscón

Todos los obradores participantes en la campaña, que en su mayoría acumulan una larga trayectoria en el sector, coinciden en el secreto para elaborar un buen roscón: utilizar ingredientes de primera calidad. “Continuar trabajando recetas tradicionales, el uso de una buena materia prima de calidad y el trabajo en equipo con una buena atención al cliente”, añade Montse González, de la lucense Confitería Madarro, fundada en 1891 por Alejo Madarro y hoy regentada por la tercera generación de los empleados que tomaron el testigo al fundador.

Confitería Madarro (Lugo)

En la Confitería Madarro solo venden roscones del día 2 al 6 de enero, siendo, evidentemente, el día cinco el de “más trabajo del año” y en el que participa despachando “toda la familia”.

En Vigo abrió sus puertas hace décadas El Molino, un obrador que elabora roscones tradicionales conjugando tradición y artesanía. Carmen, la pastelera, y Dolores, la propietaria, coinciden en que las materias primas son una de las claves del proceso de elaboración. Cada año, cruzan las puertas de esta confitería alrededor de 2.000 roscones.

Confitería El Molino (Vigo)

“El ingrediente es el secreto”, reafirman desde A Tahona, en A Coruña, “una materia primera de primera calidad”, pero no solo eso, también “el amor” que las profesionales ponen “en cada amasada”. De la panadería coruñesa, cada año salen aproximadamente 1.700 ejemplares.

Panadería A Tahona (A Coruña)

En el barrio ourensano de El Puente levanta todos los días la persiana de la Confitería Arva Mar, su propietaria, que empezó hace décadas como empleada. “Nosotros no utilizamos colorantes ni conservantes, somos fieles a la receta original: mantequilla, huevos, azúcar, harina, levadura y sal”, explica Mar.

Confitería Arva (Ourense)

Múltiples opciones, con referenciado éxito, que son la mejor prueba de que lo excelente, lo supremo, es lo que hacen las manos que tenemos cerca, gracias a su trabajada técnica, su empeño y, sobre todo, su pasión.

Artículo anterior

Heidelberg, imprimir como forma de perdurar

Siguiente artículo

El godello da la vuelta al mundo para reivindicar su sitio