La visualidad reina en cada rincón del distrito cultural de Vila Nova de Gaia
PAULA RAMOS
Sorprender, atrapar y encandilar. Tres verbos fáciles de escribir pero difíciles de conjugar en la vida real, de materializar en algo tangible. Difícil, pero no imposible. El distrito cultural World Of Wine (WOW), ubicado en Vila Nova de Gaia, es la prueba. Un universo, compuesto por siete museos, trece restaurantes y bares, una escuela de vino, un recinto para exposiciones y numerosas tiendas, en el que la creatividad nutre cada rincón. Un universo que sí sorprende, atrapa y encandila.
Propiedad de The Fladgate Partnership Group, abrió las puertas al público en 2020 con dos intenciones: reforzar los valores culturales e históricos de Porto y mejorar las oportunidades de la región en los principales sectores, como el vino, la industria y el patrimonio. Sin embargo, gracias al trabajo previo de conceptualización de los espacios, ha logrado más que eso: trascender a otra escala, subir de nivel.
Identidad visual
Uno de los elementos que más destaca de WOW es su identidad visual. Los diferentes espacios aprovechan la estructura original de los antiguos almacenes de vino de Porto de la región, edificaciones muy características por sus tejados en forma de W. Es de esa particularidad de la que nace su logo, su elemento identitario, de ese origen, que reivindica su vino y su historia.
El logo de WOW se puede observar en todos los espacios, restaurantes y tiendas del distrito. Un hecho que ayuda a aunar el conjunto de elementos y a convertir el emplazamiento en un todo uniforme y cuidado a ojos de quien penetra en él.
Arte propio
Todos los museos que integran WOW son inmersivos, participativos y sobresalientes en cuanto a contenido. Propuestas muy interesantes y, sobre todo, diferentes al prototipo museístico, porque aportan algo diferencial: una identidad.
En el Wine Experience, uno de los museos, dedicado al vino, se puede disfrutar de una galería llena de cuadros que representan las variedades de la uva a modo de retrato, como si de personas se tratase. Cuadros que un artista pintó, con la ayuda descriptiva del equipo del museo, expresamente para el museo.
Un elemento diferencial que hace de la visita, además del contenido, una demostración de creatividad y autenticidad.
De la misma forma sucede con las viñetas, presentes en la sala de cata del mismo museo, que muestran de forma cómica la forma en la que se debe catar el vino. Viñetas que también están presentes en las instalaciones del lujoso hotel The Yeatman, parte del grupo. De nuevo, la circularidad, la identidad como conjunto.
Creatividad, creatividad y más creatividad. En el logo, en el Wine Experience y, también, en el Pink Palace, el museo dedicado a la puesta en valor del vino rosado. Un espacio muy instagrameable, muy rosa, cuya primera sala, con un gran sofá y una pantalla que reproduce un vídeo de presentación al más puro estilo Wes Anderson, por bien trazada, supone un viaje en sí mismo.
Un packaging cuidado
Vinte Vinte es el nombre de la marca de chocolate del grupo. Recibe su nombre de la franja del cacao, que se sitúa entre el trópico de Cáncer y el de Capricornio, 20 grados al norte y 20 grados al sur del ecuador. Chocolate que, con la mejor materia prima llegada de diferentes partes del mundo, se elabora en Vila Nova de Gaia.
The Chocolate Story es el museo del distrito dedicado a este producto tan popular, con especial foco en sus orígenes e historia, y el lugar en el que se encuentra la fábrica de la marca propia, que se puede visitar.
El packaging de Vinte Vinte sigue la línea creativa y cuidada de WOW. Diseños coloridos en empaquetados que emanan exclusividad y personalidad.
Un universo innovador que rebosa creatividad. Un mundo pensado, trazado y colocado al detalle. Un conjunto redondo, en el que todos los elementos se entrelazan y casan entre sí. Identidad. Autenticidad. Eso es WOW.