El usuario puede comprobar el impacto positivo que genera el calzado en el medio ambiente
MARÍA EIMIL
Step by step es el nombre de la campaña que ha lanzado la marca de calzado Krack para dar a conocer su nueva colección, diseñada para reducir la contaminación, especialmente en ambientes urbanos. La línea surgió a raíz de un proyecto de innovación tecnológica que se retrasó por el estallido de la pandemia y cuenta con el apoyo del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI).
“La premisa y el motivo por el que se eligió este proyecto fue nuestro compromiso con la sostenibilidad”, indica la responsable de Comunicación, Julia González. “Ese fue nuestro punto de partida para testear un sistema textil reductor de contaminación para el ambiente urbano”, añade.
De esta forma, explica que todos aquellos que adquieran los zapatos encontrarán una explicación del proyecto en la etiqueta, pero adelanta que este innovador calzado incorpora un QR en la lengüeta que dirige al usuario a una landing donde deben registrarse. “Desde ese momento pueden ver el impacto positivo que generan al usar tus zapatos”, explica.
“El calzado de Krack recopila la información que proporcionan las estaciones meteorológicas, concretamente los óxidos nitrosos, capaces de neutralizar la fórmula con la que va impregnado”. “De este modo, cuando el usuario marca la estación más cercana y le da al play empieza a contar el tiempo y se supone que está utilizando los zapatos para pasear, ir de compras, etc. explica González”. “La idea es que cuando llegue a casa le de a stop pueda ver cuánto ha podido neutralizar”, apunta, “y se calcula a través de una media de la capacidad de absorber óxidos nitrosos que tiene el calzado”.
Tres modelos de calzado
Krack ha lanzado tres modelos diferentes en esta nueva colección sostenible, cada uno de ellos por 44,95 euros. “Es pronto porque acabamos de lanzar la campaña, pero está teniendo muy buena acogida”, explica la directora de Marketing. Por el momento, el calzado solo se ha fabricado en tallaje de hombre, es decir, a partir de la 40, y el objetivo es comprobar si funciona y, en caso afirmativo, adaptarlo a otro tipo de calzado.