La empresa Don Disfraz, con sede en la localidad pontevedresa de Ponteareas, ya ha vendido más de 6.000 unidades
PABLO LÓPEZ
Pocas personas hay en el mundo que todavía no hayan visto, ya sea en la serie o en las muchas publicaciones surgidas alrededor de ella en los medios de comunicación, los característicos monos que llevan los guardias enmascarados que vigilan y eliminan sin piedad a los participantes en las macabras pruebas de la ficción televisiva El juego del calamar. La empresa gallega Don Disfraz, con sede en el municipio pontevedrés de Ponteareas, ha sabido aprovechar este éxito y, en la campaña para Halloween, ha vendido ya más de 6.000 unidades de estos trajes.
La gestora de Proyectos y responsable de Márketing de Don Disfraz, Lía Novoa, cuenta a Rúbrica Dixital que buena parte de este éxito de ventas reside en la capacidad de la empresa para reaccionar rápido ante el boom de la serie coreana disponible en la plataforma Netflix.
“Empezamos a detectar el éxito de la serie cuando teníamos ya casi todo lo que íbamos a hacer para Halloween planeado. Nosotros no somos fabricantes, somos distribuidores. Compramos productos y los vendemos, pero ninguna de nuestras empresas proveedoras tenía esos disfraces, porque era algo que acababa de salir. Contamos con una empresa que está en Zaragoza con la que solemos trabajar para este tipo de productos a medida y, en una semana, conseguimos tener las primeras unidades”, relata Novoa.
Aunque los chándales verdes que llevan puestos los participantes en las retorcidas y mortíferas pruebas de la serie también son icónicos, Don Disfraz no pudo abarcar todo el universo de la ficción y tuvo que elegir, fundamentalmente, por el escaso tiempo de maniobra del que disponía para llegar a la cita con Halloween.
“Apostamos por hacer los disfraces de los guardianes, que son los que van vestidos de rojo, y el del líder. No llegamos a tiempo de hacer los chándales. La clave para nosotros ha sido poder sacarlos muy rápido”, apunta la gestora de Proyectos de Don Disfraz, que, para los que aún no han podido hacerse con el traje, recuerda que “aún quedan unidades disponibles, aunque no en todas las tallas”.
Para poner un ejemplo de un éxito similar, Lía Novoa recuerda el caso del Satisfyer, juguete erótico femenino que generó a numerosas bromas en redes sociales y que también fue el motivo de un disfraz de la empresa de Ponteareas muy vendido y encargado, por cierto, al mismo fabricante que los de El juego del calamar.
Cómodo y sencillo
Al margen del evidente éxito de la serie, ¿qué hace que el disfraz de El juego del calamar resulte tan atractivo? Lía Novoa cuenta que son muchos los factores que hacen del mono de los guardias de la serie una prenda de lo más interesante para eventos como Halloween y Carnaval.
“Es un disfraz con la cara tapada, que es algo que le gusta a mucha gente, gusta tanto a los hombres como a las mujeres, permite que uno vaya abrigado por dentro y, además, es bueno para disfrazarse en grupo”, comenta Novoa.
Por último, la responsable de márketing de Don Disfraz precisa que, dentro de las series y películas de éxito, hay algunas que son especialmente adecuadas para generar venta de disfraces. “Pasó algo parecido con La Casa de Papel. Hay series que tienen éxito pero no son disfrazables y otras que sí lo son”, explica.
