Natalia Monje: “Siempre han existido los bulos, pero su sofisticación es nueva”

Natalia Monje
Responsable de comunicación de Ecos do Sur

“No somos conscientes de los riesgos que afrontamos como sociedad al asumir el encaje entre desinformación, discurso de odio y polarización”


MARCOS NEBREDA


Tener herramientas para diferenciar la información falsa y conocer el alcance que puede llegar a tener la desinformación es una tarea necesaria en el momento actual. De fake news sabe mucho Natalia Monje, ponente en el 9º Foro de la Comunicación.

Eres una apasionada del misterio y has alcanzado gran popularidad como colaboradora en programas como Cuarto Milenio. ¿Cuáles de tus trabajos te han impactado más? Me interesan especialmente las historias que están relacionadas con bulos históricos, con la circulación del rumor y cómo este genera primero miedo, después odio y finalmente ira o fanatismo. Las mentiras se han utilizado recurrentemente a lo largo de la historia para paralizar, manipular y movilizar a las masas. Por ejemplo, un caso que tratamos en Cuarto Milenio es el de los supuestos boticarios ‘sacauntos’ de Viveiro. En el siglo XIX, empezó a correr la voz de que en la farmacia de esta localidad se asesinaba a personas para aprovechar sus grasas como medicamentos. Los pasquines acusatorios todavía se conservan en el Archivo del Reino de Galicia. Esto estuvo a punto de provocar tumultos y linchamientos. Vimos cómo se aprovechaba un trocito de verdad, que la grasa humana era empleada en remedios farmacéuticos, con una gran mentira, que los boticarios de Viveiro estaban matando a gente con ese fin y al final probablemente la motivación que había debajo de este rumor era la rivalidad política. Este mecanismo de la desinformación que emplea una pequeña parte de contenido real todavía se utiliza hoy en día para hacer más creíbles los bulos. La relación entre los bulos y los miedos colectivos a lo largo de la Historia es también uno de los temas centrales de mi libro Mala Cosecha.

Con tantos medios y canales, ¿resulta cada vez más difícil contar con información veraz? Tenemos al alcance más información veraz que nunca, más medios para verificar la información que nunca y, al mismo tiempo, más desinformación que nunca. Es un ecosistema mediático muy complejo, muy competitivo, que además nos ha caído en las manos sin apenas tiempo para desarrollar las habilidades que requiere todo el proceso de verificación de la información. Es cierto que siempre han existido los bulos, pero el nivel de sofisticación es nuevo ¿quién nos iba a prevenir hace unos años de los deep fakes, que ahora están al alcance de nuestra mano con una simple App?

¿Qué consejos ofreces para identificar las noticias falsas y para escoger canales fiables? Si te genera indignación inmediata, sospecha. Si acusa a migrantes, musulmanes, feministas, homosexuales, menores no acompañados… sospecha. Si es demasiado bueno para ser verdad… sospecha. Y si sospechas, comprueba la veracidad antes de compartir. Ahora es muy sencillo porque hay metabuscadores de bulos ya desmontados, por ejemplo, el de Google o el de Hateblockers. Y, en general como consejo, ¿verdad que no le compras las medicinas a la carnicera o al peluquero? pues con las noticias, lo mismo. Una información elaborada por un periodista siempre va a tener más garantías.

Como responsable de comunicación en Ecos do Sur, has trabajado contra el discurso del odio y la desinformación. ¿Qué culpa tienen algunas informaciones y la forma de enfocarlas como generadoras de odio? Desde el año 2016 desarrollamos el proyecto CibeRespect, que ahora mismo cuenta con el apoyo de la Xunta de Galicia, con el que afrontamos este tema. No somos conscientes de los riesgos que afrontamos como sociedad al asumir el encaje entre desinformación, discurso de odio y polarización. Están en juego los derechos humanos, la convivencia pacífica y la democracia, cosas que creemos que tenemos garantizadas pero que son logros muy recientes en la Historia de la humanidad. Algo que está comprobado es cómo la circulación de determinados bulos acaba causando discriminaciones más graves e incluso un clima de aceptación ante las agresiones. La relación entre desinformación, odio y violencia es clara y está demostrada.

Con la proliferación de ese tipo de noticias, ¿vivimos en una sociedad que cada vez tiene más miedo? En los últimos años hemos vivido una sucesión de grandes traumas: el 11 S, la crisis económica, la COVID-19… Esto genera miedos, inseguridades, indefensiones que nos hacen más vulnerables ante la manipulación. En España, la relación entre caída del PIB y rechazo de los derechos de las minorías está demostrada, y esto se produce porque se acrecienta la ansiedad social. Creo que son ciclos históricos, pero el momento actual, con la pandemia y todas sus consecuencias económicas y sociales, no parece muy optimista.

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