Las grandes marcas declaran la guerra a Rusia

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Grandes marcas de sectores como la tecnología, la moda y el audiovisual abandonan Rusia o limitan al mínimo su actividad en el país


PABLO LÓPEZ


La guerra entre Rusia a Ucrania ha desencadenado multitud de sanciones para el país invasor, cuyos bancos fueron excluidos del sistema Swift, cuyos deportistas no podrán competir en torneos internacionales y cuyos cantantes no tendrán la oportunidad de actuar este año en el festival de Eurovisión. La tensión ha llegado al punto de que la mayoría de las grandes marcas del planeta se han visto obligadas a sumarse al carro de los que quieren castigar a Rusia a cualquier precio, incluso aunque ello suponga importantes pérdidas económicas para quien impone el castigo.

Apple, Adidas, Nike, Balenciaga, Netflix, Disney, Warner, Ikea, Volkswagen, Volvo… Son muchas y de los ámbitos más diversos las marcas que, a su manera, han declarado la guerra a Rusia y que, por el momento, suspenderán su actividad en el país o la reducirán a la mínima expresión.

La mayoría de las grandes marcas del planeta se han visto obligadas a sumarse al carro de los que quieren castigar a Rusia a cualquier precio

Una de las primeras grandes marcas en fijar su postura ante el conflicto bélico fue gigante tecnológico Apple, que anunció que detenía la venta de todos sus productos en Rusia, algo que, en la práctica, supone que la población rusa no podrán comprar dispositivos de esa firma ni recambios para los mismos una vez se agote el stock que ya estaba en las tiendas. Otra de las medidas adoptadas por Apple es la de impedir que las aplicaciones del canal televisión RT y de la agencia Sputnik puedan descargarse fuera de Rusia.

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“Estamos muy preocupados por la invasión rusa de Ucrania y estamos junto a aquellas personas que están sufriendo la violencia. Nos unimos a todos aquellos que están pidiendo paz”, explicó Apple en el comunicado en el que anunciaba sus movimientos en respuesta a la guerra.

Ikea es otra de las grandes que ha entrado de lleno en el conflicto y lo ha hecho suspendiendo toda su actividad en Rusia y en Bielorrusia, una decisión que afectará a unos 15.000 trabajadores. “La guerra ya ha tenido un enorme impacto humano y también está provocando graves interrupciones en la cadena de suministro y en las condiciones comerciales. Por todas esas razones, los grupos de empresas han decidido pausar temporalmente las operaciones de Ikea en Rusia”, apuntan desde la multinacional.

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La moda se posiciona

Las firmas de moda también se marchan de Rusia son cada vez más las marcas que interrumpen su actividad en el país que preside Vladimir Putin. H&M, Mango, Balenciaga… Son muchas las que engrosan la lista de empresas que boicotean a Rusia por la invasión, una lista a la que, por cierto, se ha sumado finalmente el grupo Inditex (Zara, Pull & Bear, Massimo Dutti…) que, si bien no cerró sus establecimientos en un primer momento, ha dado marcha atrás y suspenderá su actividad en el país para sumarse a la corriente mayoritaria.

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Revistas de moda como Vogue animaron desde el momento mismo de la invasión que las marcas que se anunciaban en ella alimentaran la guerra económica y empresarial contra Rusia. “A raíz de la agresión militar sin precedentes de la Federación Rusa y de la creciente crisis humanitaria en Ucrania, Vogue insta a todos los conglomerados y empresas internacionales de moda y lujo a cerrar cualquier colaboración en el mercado agresor con efecto inmediato”, recogía la revista en su edición de Ucrania.

Sin estrenos de cine

Las grandes plataformas audiovisuales y productoras son otras de las empresas que se suman a esta guerra del marketing y es que lo que se pierde por los ingresos que se dejan de ganar en Rusia se gana por los beneficios de imagen que reportar sumarse a la corriente mayoritaria fuera de ese país. Huir de Rusia está de moda y eso es algo de lo que también se han dado cuenta Netflix, Disney y Warner.

Huir de Rusia está de moda y eso es algo de lo que también se han dado cuenta Netflix, Disney y Warner

Netflix ha llegado incluso a anunciar su intención de incumplir la ley al violar la norma rusa que obliga a que las plataformas audiovisuales emitan al menos 20 canales de televisión de Rusia, entre los que se encuentran cadenas afines al presidente Putin e incluso uno cuya titularidad corresponde a la Iglesia Ortodoxa.

El boicot desde el sector audiovisual hará, por ejemplo, que los rusos no puedan disfrutar de las últimas películas de Disney ni de grandes superproducciones taquilleras como The Batman, nuevo film dedicado al mítico héroe de Gotham que produce la Warner.

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