La ONG Infancia de NAD genera una avalancha de solidaridad con los niños de Ucrania

Infancia de NAD

El fundador de la agencia de publicidad 300 Kilos, Samuel Vázquez, colabora con Infancia de NAD ante un conflicto que le toca de cerca por acoger todos los veranos a una niña ucraniana


PABLO LÓPEZ


A Samuel Vázquez, fundador de la agencia de publicidad coruñesa 300 Kilos, la guerra en Ucrania le toca de cerca y es que él y su mujer Sonia Barros acogen todos los veranos, desde hace 5 años, a una niña ucraniana que llega a su hogar para escapar de la radiación ocasionada por la explosión de la central de Chernóbil que todavía emponzoña parte del territorio del país. Ahora, a través de la ONG Infancia de Nad, intenta ayudar a absorber la avalancha de refugiados ocasionada por el conflicto bélico.

“Nosotros somos una familia acogedora que todos los veranos traemos a una niña de Ucrania por cuestiones de salud, para que esté lejos de la radiación y para que coma sano durante tres meses. Igual que nosotros, había otro centenar de familias que traían niños a través de Infancia de Nad”, explica Samuel Vázquez, que cogió un avión a Polonia el viernes pasado, un día después del incendio en la central nuclear de Zaporiyia y en cuanto se enteró de que “su hija de verano” y otros refugiados llegarían al país vecino de Ucrania ese mismo sábado.

“Han tenido que salir pitando de allí y ¿a dónde van a ir? Pues con las familias que ya los acogían en verano. Lo que pasa es que tienen hermanos que, a lo mejor, antes no querían venir y que ahora se ven obligados a venir. Nos avisaron de que el sábado llegaban a Polonia y yo el viernes me cogí un vuelo y allí me fui”, apunta el fundador de 300 kilos, que ahora, además de acoger a la niña a la que ya conocía, tendrá en su hogar a una de sus hermanas.

“Han tenido que salir pitando de allí y ¿a dónde se van a ir? Pues con las familias que ya los acogían de siempre”, explica Samuel Vázquez

En total, en una primera tanda, Infancia de Nad logró alejar de la zona de guerra a 59 refugiados, los 22 de la asociación a los que sumaron otros hasta llenarse el autobús que la ONG había fletado. “Había refugiados de todas las edades: abuelas, madres con bebés y hasta dos perros y un gato”, apunta Vázquez, que añade que su mujer Sonia ya ha hecho las gestiones para trasladar otros tres autobuses con un total de 190 personas.

Vázquez reconoce que las familias españolas están más dispuestas a acoger a los refugiados ucranianos que a los de otras partes del mundo, como es el caso de Siria. “Es algo inevitable, porque uno ayuda siempre antes a su vecino que a quien está más lejos. Tampoco es siempre una cuestión de proximidad. A cada uno le afecta una cosa. A mí, por ejemplo, esto me afecta de una manera especial por mi hija de verano”.

Ayuda económica y familias de acogida

La ONG con la que trabaja Samuel Vázquez ha notado la explosión de solidaridad tras la invasión de Ucrania. De contar con 144 familias dispuestas a acoger a refugiados el viernes en el que se desplazó a Polonia, la organización pasó a tener, el sábado, 22.000; y el domingo ya eran 44.000. Se trata de una excelente noticia, si bien Vázquez precisa que, de esas familias, muchas se echarán atrás llegado el momento.

“La mitad de esas familias se echan atrás en cuanto hay que hacer el papeleo. Además, no todo el mundo vale, porque hay una serie de requisitos que hay que cumplir. En todo caso, está claro que cuantas más familias acogedoras haya disponibles, mejor”, comenta.

“Había refugiados de todas las edades: abuelas, madres con bebés e incluso dos perros y un gato”, comenta el fundador de la agencia 300 Kilos

Esa solidaridad también se puede demostrar mediante la donación de unos fondos que son muy necesarios para pagar los alojamientos y transportespara sacar a los niños y a los demás refugiados de la zona de conflicto. Los interesados en colaborar pueden hacer una donación en la siguiente cuenta: IBAN: ES86 2100 2808 5501 0068 4718 – Titular INFANCIA DE NAD 

El Clúster da Comunicación de Galicia ayuda a esta ONG dando difusión a actuaciones como la de Samuel que, además de familias de acogida y fondos para los desplazamientos, ha expresado su interés por contar con una red hoteles en Madrid para que los niños y familias puedan alojarse, al menos, durante una noche.

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