La familia del márketing y la comunicación de Galicia disfrutó de una velada inolvidable y muy especial por las ganas que todos tenían de verse las caras
PABLO LÓPEZ
La gala de entrega de los VI Premios Paraugas prometía ser la gran fiesta de la comunicación y del márketing made in Galicia y vaya si lo fue. Premiados, homenajedos, invitados y, en definitiva, toda la gran familia de la creatividad gallega, disfrutaron de una velada inolvidable que resultó aún más especial, si cabe, por las ganas que todos tenían de verse las caras tras una pandemia que hizo que la ceremonia de la pasada edición de estos codiciados galardones tuviera que celebrarse de forma virtual.
El inicio del reparto de premios, con los siempre emotivos discursos de los galardonados, fue el punto álgido de una jornada que tuvo como aperitivo el Foro de la Comunicación y que buena parte de los profesionales citados habían iniciado incluso antes, con paseos para disfrutar de la ciudad de Ourense donde se celebró la gala, como es el caso del homenajeado Oriol Villar que completó una ruta en bicicleta, o degustando la siempre fascinante gastronomía gallega, como el también homenajeado Fernando Vega, afamado publicista argentino que relató en su discurso su sorpresa al descubrir lo mal que el pulpo asienta en el estómago si se combina sólo con agua.
El fin último de una gala como la de los Premios Paraugas es el de reconocer el talento y ese gran objetivo se concretó en el reparto de los 19 galardones entregados en esa noche mágica, pero un evento de tal magnitud y relevancia es mucho más que eso. Ejemplo de ello fue el alegato que la homenajeada Amalia Baltar, periodista con una larga y reconocida trayectoria en medios de comunicación, administración y empresas, hizo a favor de la profesión. “El trabajo tiene que reconocerse y tiene que pagarse”, manifestó ante los aplausos del público, entre el que se encontraban algunos de los directivos de empresas de comunicación más influyentes del panorama autonómico.
La nota más emotiva la puso el homenaje póstumo que recibió Lis de Soto, con un vídeo que recordaba algunas de sus campañas que forman ya parte del imaginario de todos los gallegos y con su familia recogiendo el galardón de manos de los otros homenajeados en la gala. Quedó claro así que el sector siente por la figura del finado, no sólo una gran admiración profesional, sino también un gran cariño.
Música y gastronomía
No puede quedar sin mencionar la banda de música que amenizó la velada con las notas de sus instrumentos de viento, magistralmente combinadas para versionar temas por todos conocidos, y con sus rítmicos movimientos al son de las melodías, como tampoco puede obviarse la labor desarrollada por la pareja de presentadores, Luis Fraga y Belén Xestal, que con sus palabras dotaron a la gala de una agilidad que siempre es de agradecer en este tipo de eventos que se alargan más de allá de las dos horas.
Tras una entrega de premios en la que fueron más que frecuentes las alusiones a productos de alimentación, vinos y cerveza y después de las pertinentes fotos de familia, los asistentes a la gala disfrutaron de un ágape en el que no faltaron la empanada, la tortilla, los más sabrosos productos de Galicia Calidade, la Estrella Galicia y los vinos de la Denominación de Origen Valdeorras.
La gala de los Paraugas se desarrolló bajo las pertinentes medidas de seguridad sanitaria para evitar contagios. Cada asistente recibió una mascarilla para la ocasión que incorporaba las señas de identidad del Clúster Comunicación de Galicia y los aforos, tanto durante el foro como durante la entrega de los premios, estuvieron controlados teniendo cada uno de los asistentes que registrarse previamente a ingresar al recinto ferial de Expourense.