Heidelberg conversa sobre desigualdad en puestos directivos con Irene Castillo, ingeniera industrial y directora de operaciones de EGISA
REDACCIÓN
EGISA (Envase Gráfico Industrial S.A.) es una empresa de capital familiar situada en Barcelona, que cuenta con más de 60 años de experiencia en el desarrollo de soluciones de packaging de alta gama. Su historia siempre ha estado ligada a un packaging con acabados imposibles y, a la innovación, con las máquinas con tecnología más avanzadas y eficientes del mercado. Heidelberg, socia tecnológica de EGISA, ha querido aprovechar el 8M para conversar con la ingeniera industrial y directora de operaciones de EGISA, Irene Castillo, sobre temas como la desigualdad de género en el entorno laboral.
¿Cómo es dirigir equipos en una estructura grande y compleja como es EGISA? ¿Crees que por el hecho de ser mujer el nivel de exigencia sube algún peldaño? Dirigir equipos humanos grandes es siempre un reto, especialmente en el área de producción, puesto que estamos sometidos a una alta exigencia en la calidad del producto, en la eficiencia de las operaciones y en el servicio de nuestros clientes. Si bien es cierto que disponemos de maquinaria de última tecnología, como la de Heidelberg en impresión offset, la implicación y la motivación de nuestro equipo humano es indispensable para alcanzar estos objetivos. Dirigir el equipo humano de EGISA es un orgullo para mí. En general, el nivel de exigencia siempre es más elevado cuando eres una mujer en cargos de responsabilidad. Además, el área productiva dentro del sector de las artes gráficas todavía está muy masculinizado. Este hecho hace que, al ser mujer, tengas que demostrar más que un hombre para ganarte el respeto y la confianza de los demás.
¿Qué es lo más apasionante de tu trabajo? ¿Cuáles son tus retos a nivel profesional? Lo más apasionante de mi trabajo es conseguir desarrollar productos que solicitan los clientes que parecían en un principio imposibles a nivel técnico. También me apasiona participar en la estrategia y las inversiones de la empresa y liderar mi equipo de operaciones. Mi reto a nivel profesional es seguir aportando valor a EGISA, contribuyendo a que continúe siendo la empresa líder en el sector de packaging de lujo.
“El 8M tiene que servir para visibilizar la desigualdad y discriminación que aún sufren las mujeres en nuestra sociedad”, dice Castillo
Cada vez hablamos más de conciliación. ¿Crees que hemos avanzado a este respecto en los últimos años? En mi caso, he podido compartir la responsabilidad familiar con mi pareja, lo cual me ha permitido conciliar bastante bien mi vida profesional con el cuidado de mis hijas. Aun así, compaginar el trabajo con las responsabilidades familiares es siempre complicado, ya que las mujeres siguen teniendo un peso mucho mayor en el cuidado de los hijos, sobre todo en edades tempranas. Además, como madres, solemos sacrificar la mayor parte de nuestro tiempo personal para dedicarlo al cuidado de nuestros hijos. Es cierto que en los últimos años y en algunos aspectos hemos avanzado, pero aún queda mucho camino por recorrer.
¿Está el papel de la mujer en nuestro mercado normalizado? En nuestro sector, la presencia de la mujer sigue siendo minoritaria, tanto a nivel de cargos directivos y de responsabilidad, como en áreas productivas. Todas las empresas del sector tenemos que trabajar en la misma dirección para conseguir que la mujer esté mucho más presente en todos los puestos de trabajo. En el caso de EGISA, actualmente somos cinco mujeres ocupando puestos de alta responsabilidad en los departamentos de Operaciones, Comercial, Calidad, Organización Industrial y Marketing.
Hoy es 8M, ¿dónde crees que reside la importancia de un día así? El Día Internacional de la Mujer tiene que servir para visibilizar la desigualdad y discriminación que aún sufren las mujeres en nuestra sociedad. A nivel global, desde la incorporación de la mujer al trabajo, se han visto muchos cambios, pero sigue existiendo la brecha salarial, el techo de cristal, la falta de oportunidades para las mujeres trabajadoras… Debemos progresar como sociedad hacia la plena igualdad en todos los aspectos. A la vez, me gustaría ser una motivación y un referente para mujeres más jóvenes que quieran emprender su vida profesional, animándolas a que persigan sus ambiciones. Aun así, no podemos olvidar que lo que realmente tiene que cambiar es la sociedad.