Federico Martinón y Antonio Salas
Investigadores principales de GenPob y GenVip, responsables de Sensogenoma22
“La difusión de los descubrimientos científicos es clave para contribuir al desarrollo humano y social”
REDACCIÓN
La música puede hacer que nos alegremos, que cantemos o bailemos, que nos pongamos tristes e incluso que nos enfademos. El poder expresivo y comunicativo de una melodía es innegable, siendo capaz de modificar nuestro estado de ánimo con tan solo unos acordes. Pero, ¿puede modificar nuestros genes? Esta es la pregunta que intenta resolver un equipo multidisciplinar formado por los grupos de investigación Genética de Biomedicina (GenPoB) y GenVip del Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS) de Santiago de Compostela.
Juntos, han creado el proyecto Sensogenoma, que consiste en una serie de conciertos experimentales en los que música y ciencia se alían para investigar las bases genéticas del estímulo musical y estudiar su potencial terapéutico en la lucha contra la enfermedad. Hablamos con los dos investigadores principales del proyecto, Antonio Salas y Federico Martinón, tras la celebración del primer concierto del proyecto (Sensogenoma22), de la mano de la Real Filharmonía de Galicia, celebrado este 30 de septiembre.
¿En qué consiste el proyecto Sensogenoma22? Sensogenoma22 es un proyecto de investigación en el que, por primera vez y a gran escala, la ciencia y la música se dan la mano para luchar contra diferentes enfermedades. Así, el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico de Santiago de Compostela y la Real Filharmonía de Galicia, han creado un marco de colaboración multidisciplinar único que representa un hito de enorme éxito. El primer paso de la investigación se centra en la música y la expresión de los genes en la población general y distintos contextos de la patología humana como el cáncer, Alzheimer, trastorno de espectro autista (TEA), o daño cerebral, entre otros, con el fin de obtener datos a gran escala, analizarlos con rigor científico usando técnicas de vanguardia y eventualmente poder proporcionar herramientas que mejoren la calidad de vida de las personas con este tipo de enfermedades.
¿Qué se espera de esta investigación? ¿qué datos podrá aportar? Se trata de una nueva disciplina de la ciencia genómica que busca investigar como los estímulos sensoriales repercuten en el ADN, buscando las bases moleculares que subyacen a la activación de la información genética y como ello puede ser una puerta a nuevas investigaciones, nuevos usos terapéuticos y la mejorar de la calidad de vida. La música siempre ha influido en el estado de ánimo, y este, en la salud, es por ello, que Sensogenoma22 trata de averiguar sus bases moleculares y entender si puede y cómo puede ayudar a frenar o paliar los efectos de las enfermedades como el cáncer, Alzheimer o Trastorno de Espectro Autista (TEA), investigando la huella de la música en el ADN.
¿Qué importancia tiene la comunicación a la hora de transmitir los avances científicos? La difusión de los descubrimientos científicos es clave para contribuir al desarrollo humano y social. En la sociedad de la información y del conocimiento que nos encontramos hoy en día, la comunicación es un elemento clave. Este proyecto es pionero en este ámbito, pues al ser tan innovador, nace ya con vocación de comunicar sus hallazgos.
¿Cómo fue la acogida y la respuesta de la sociedad para colaborar con la iniciativa? Ha sido excelente, sobrepasando todas nuestras expectativas. Las entradas para el concierto se agotaron en seguida, tanto las del público general, como las del público que donaba muestras. Recogimos más de 2000 muestras de sangre y saliva en un tiempo récord, y quedó mucha gente en lista de espera.
En el concierto del día 30 de septiembre se movilizaron a más de 200 profesionales de diferentes sectores ¿Con qué se financia este tipo de investigación? Muchos de los profesionales que ayudaron en la organización del Sensogenoma22 ayudaron de manera totalmente altruista. Los gastos derivados de este proyecto se financian con fondos propios, del grupo de investigación y del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago de Compostela (IDIS). Actualmente, estamos buscando patrocinadores, porque creemos en las sinergias entre el sector público y privado, así como en el interés que puede despertar en muchas marcas formar parte de un proyecto pionero, que esperamos tenga impacto internacional, y colaborar en la lucha contra la enfermedad.
Hemos visto que detrás de Sensogenoma22 está el CHUS, el IDIS, la USC, la RFG, Auditorio de Galicia, y varias entidades más, ¿qué significado tiene la colaboración para el proyecto? La colaboración es intrínseca al desenvolvimiento del proyecto. El éxito de estos primeros conciertos ha consolidado las alianzas. Cada vez estamos sumando más apoyos, de asociaciones de pacientes, instituciones y empresas.
¿Qué pueden hacer las entidades o empresas para colaborar con la investigación? Son imprescindibles para sufragar los gastos de la investigación. Tenemos una tecnología de vanguardia y un equipo humano experto, y los costes de la investigación son muy elevados.
¿Cuál es el próximo objetivo? El futuro depende en gran medida de la financiación y los patrocinadores que consigamos. Ahora estamos inmersos en los análisis de datos. Recogimos miles de muestras biológicas que tenemos que procesar y analizar. Nuestro objetivo es exponer los resultados de forma masiva, hacer una importante y sofisticada campaña de comunicación ya que los datos derivados de estos dos ingredientes, música y salud, forman parte del interés general.