El icónico cartel de La cosa cumple 40 años

La inquietante imagen de La cosa de Carpenter fue ideada por el ilustrador estadounidense Drew Struzan en tan solo una noche


CARLOS B. TORRADO


La cosa (o The Thing en su inglés original), cumple 40 años aterrorizando a todos sus espectadores. La película, dirigida por John Carpenter, llega a la madurez consolidándose como una de las obras de terror más influyentes de todos los tiempos, con una increíble maestría en el uso de los efectos especiales y el maquillaje.

Su cautivador guion, escrito por Bill Lancaster, está basado en ¿Quién anda ahí?, una novela corta de terror y ciencia ficción de 1938, que sigue a un grupo de investigadores en la Antártida que se encuentran con un extraterrestre parásito (“la cosa”) que es capaz de mutar de forma y hacerse pasar por otros seres vivos.

Curiosamente, La cosa tuvo un recibimiento muy frío en el momento de su estreno en 1982, y no sería hasta años después que la cinta comenzó a generar su estatus de obra de culto. Aunque la película de Carpenter no es la única adaptación en la gran pantalla de esta historia (Christian Niby lo hizo en 1951), sí que es la única que contó con un cautivador póster que se convirtió en todo un emblema del cine de terror de los 80. El autor de la inquietante imagen de un hombre con un haz de luz por cabeza fue Drew Struzan, una eminencia en el mundo de la cartelería de cine.

Además de La cosa, Struzan es el autor de carteles tan icónicos como Blade Runner, Regreso al futuro, Star Wars o E.T., El Extraterrestre

Struzan es el ‘culpable’ de algunos de los carteles más famosos de la historia del cine, con una lista de más 150 obras. Su trayectoria da vértigo: películas como Blade runner, Regreso al futuro, Star Wars, Indiana Jones o E.T., El Extraterrestre tienen el sello del ilustrador en su icónica cartelería. Sus ilustraciones a pincel, el uso de las salpicaduras, la maestría de la iluminación… El impacto que tuvo su estilo artístico en el mundo del cine es de tal magnitud que en 2013 se realizó un documental basado en toda su carrera, Drew: The Man Behind the Poster.

La cosa, una imagen icónica realizada en una noche

Struzan no tuvo demasiadas facilidades para crear el póster de La cosa. La producción de la película no calculó bien los tiempos de promoción y marketing y, una vez finalizado el montaje, Carpenter necesitaba un cartel cuanto antes. En aquel momento, Struzan vivía a cientos de kilómetros de Hollywood, por lo que el primer contacto que tuvo con la productora fue por teléfono.

La llamada, según palabras del propio Struzan, fue “una de las más simples” que había recibido. El mensaje estaba claro: necesitaban un cartelista para un trabajo importante, que tendría en que entregar al día siguiente. El joven artista no dudó ni un segundo y se puso manos a la obra.

La información que le dieron a Struzan fue, cuanto menos, escueta. Obviamente, el ilustrador no tenía tiempo de ver la película, pero tampoco pudo echar un vistazo a alguna fotografía de rodaje o algún storyboard. Lo único que sabía es que el cartel serviría para ilustrar una nueva la versión de La cosa de 1951 de Christian Niby. Afortunadamente, Struzan había hecho los deberes.

Una vez aprobado el diseño del cartel, el ilustrador trabajó durante todo un día para tener la ilustración a tiempo

De manera casi inmediata, tras colgar el teléfono, Struzan cogió una chaqueta y le pidió a su mujer que le hiciera una fotografía. Utilizando esta imagen como referencia, realizó un boceto para ver si era lo que los productores estaban buscando. Una vez aprobado el diseño del cartel, el ilustrador trabajó durante todo un día para tener la ilustración a tiempo.

Como él mismo comenta en Twitter, cuando los encargados del marketing de la película colocaron la imagen debajo de un cristal para fotografiarla, esta se quedó pegada porque la pintura todavía estaba húmeda.

Resulta increíble que esta apresurada ilustración se haya convertido, 40 años después, en un cartel icónico de la talla de Tiburón o Alien. El cartel acabó por reflejar todos los elementos característicos de la obra de Struzan: el trazo del pincel, las salpicaduras y un uso prodigioso de la iluminación.

Una luz que, además, se proyecta desde la cabeza de la persona (que en teoría es el protagonista McReady, interpretado por Kurt Russel), haciendo alusión a la paranoia que sufren los personajes de la historia al no saber si sus compañeros eran o no ‘la cosa’. Carpenter y Struzan habían conseguido, con una simple imagen, que dejásemos de tener miedo a la oscuridad y empezásemos a temer la luz.

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