Desde vasos y cartelería hasta la indumentaria de los propios artistas: el diseño también tuvo su momento de gloria en el Morriña Fest
CARLOS B. TORRADO
Este fin de semana, del 15 al 16 de julio, los conciertos del Morriña Fest congregaron a unas 50.000 personas entre los dos días que duró el festival. Un éxito de convocatoria que también se tradujo en una transformación del Estadio de Riazor: una lona azul recubrió el césped, el escenario se vistió con cartelería diversa y se colocaron barras para consumir en el centro y los laterales del campo. Los vasos, las camisetas, las pulseras y las monedas propias del festival (los tokens) reproducían el logo y la imagen de un Morriña Fest que parece que ha llegado a la ciudad herculina para quedarse.
El estadio, el gran protagonista
No hay que olvidar que estamos hablando de la imagen de un festival que ha traído la música de vuelta a Riazor después de 30 años, por lo que no es de extrañar que el estadio sea el gran protagonista del diseño de la cartelería del Morriña Fest.
El espectacular escenario del festival convivió armoniosamente con el estadio durante los dos días de celebración
De hecho, en el vídeo promocional del festival podemos ver como unas líneas blancas van formando una versión simplificada del entorno coruñés, con especial atención al estadio del Deportivo y al año de la creación del equipo, que se refleja en sus gradas (1906).
El espectacular escenario del festival convivió armoniosamente con el estadio durante los dos días de celebración. Con tres grandes pantallas, una horizontal más grande detrás del escenario y dos verticales más estrechas a los lados, era imposible que los festivaleros se perdiesen algún momento de su artista favorito. Además, los elementos propios del estadio también se destinaron a informar a los asistentes en todo momento, como por ejemplo en el caso del marcador, que mostraba el horario de las actuaciones en lugar de los habituales goles.
El estadio en vasos, camisetas, carteles y tokens
El directo y efectivo logo del festival permitió su traslado a cualquier material y superficie posible. Además, la gama cromática del cartel, donde destaca el estadio con tonos rosas y anaranjados, fue plasmándose en la indumentaria del personal del festival.
Sin embargo, si existe un color predominante en toda la imagen del festival es el azul. Hasta la lona del suelo era de este color y, aunque no llegó entera al final del festival, combinaba con los colores propios del estadio.
También los vasos, tanto grandes como pequeños, reflejaban lo especial que era disponer de Riazor para la música en vivo después de tantos años. Incluso los tokens reproducían el estadio y el logo del diseño de Morriña Fest.
El diseño gallego de la mano del público y los artistas
El diseño gallego también estuvo de enhorabuena durante el festival. Miles de personas aprovecharon para lucir camisetas, pantalones y demás indumentaria que no dejaba indiferente a nadie. Entre ellos estaba, por ejemplo, Sandra Carreira (@telahortera en Instagram), una modista y diseñadora aficionada que aprovechó el festival para lucir un atuendo muy original.
Pero el diseño gallego no llegó solo de la mano del público. Aunque los artistas aprovecharon para mostrar atrevidos ‘outfits’ (como Ozuna con su colorido chándal o el argentino Duki con su anillo alado), algunos de ellos sorprendieron haciendo un guiño a diseños propios de Galicia.
Uno de ellos fue Xoel López, deportivista confeso, que aprovechó su concierto para ponerse la nueva camiseta del Deportivo ante el jolgorio y los vítores del público. Otro guiño, quizás más difícil de percibir, vino de parte de Taboo, uno de los integrantes del grupo Black Eyed Peas, que lució una sudadera de la marca coruñesa Vazva durante todo el concierto (algo que hicieron notar desde las redes sociales del Consorcio de Turismo de A Coruña).