El IV Estudio Marcas con Valores 2022 analiza la situación del consumo en España
REDACCIÓN
Calidad y precio ya no bastan para ganarse al consumidor. Las marcas también deben transmitir honestidad, compromiso y transparencia y aquellas que no lo consigan tendrán un problema. Así se deduce de las conclusiones del IV Estudio Marcas con Valores 2022, que refleja una nueva realidad: cambian los hábitos de consumo y se vinculan cada vez más a cuestiones como el respeto al medioambiente o el origen del producto. La conclusión es evidente: el número de consumidores informados, exigentes y conscientes crece y todo apunta a que este colectivo continuará ganando terreno en los próximos años.
La investigación realizada por el equipo de Inteligencia Social de Marcas con Valores analiza la relación de los ciudadanos con las marcas y para ello realiza un millar de entrevistas y cuenta con la participación de casi medio centenar de expertos en campos como la publicidad y el marketing.
El estudio no evidencia un giro radical de hábitos de consumo, pero sí detecta una evolución hacia un estilo de vida más consciente y divide a los consumidores en optimistas, descreídos y ciudadanos con dilemas en función de la relación individual que mantienen con las marcas.
Así, el consumidor dispuesto a entablar con las marcas una relación constructiva y que afirman tener en cuenta los valores a la hora de comprar, que creen que las marcas se preocupan por los consumidores, formarían parte del primer bloque: el de los optimistas.
El informe divide a los consumidores en tres grupos: optimistas, descreídos y el colectivo de los ciudadanos con dilemas
En un segundo grupo, el de los descreídos, el estudio incluye a aquellos consumidores que siempre priorizan la calidad o el precio a la hora de comprar y que, por norma, desconfían de lo que les comunican las marcas. En tercer lugar, y en el término medio, “habitando la duda” -reza el informe- se encuentran los que denomina “ciudadanos con dilemas” que, además de dubitativos, son mayoría (43% de los encuestados).
Consecuentes, reticentes y conscientes
En el documento se establecen, asimismo, tres perfiles de consumidores: el consecuente (dispuesto a pagar más por un producto sostenible o con valores), el reticente (aquel que no tiene en cuenta estos aspectos) y el consciente, que no llega al extremo del consecuente, pero que sí tiene en cuenta valores éticos, sociales o medioambientales. Es el grupo mayoritario.
En este sentido, el informe detecta una evolución respecto al año anterior e indica que en la actualidad “la admiración por ese consumo consciente se consolida: el 82% de la ciudadanía afirma admirar a quien lo ejerce”, dice.
En cuanto a sexo, el estudio sobre el consumidor afirma que la distribución de la muestra tiende al equilibrio en el total y en los perfiles conscientes y consecuentes, pero constata una mayor desigualdad al hablar de los reticentes. En este grupo, el 60 % son hombres. Desde el punto de vista generacional, con la edad aumentan los actos de consumo consecuentes.
La admiración por el consumo consciente se consolida: el 82% de la ciudadanía afirma admirar a quien lo ejerce
“Es especialmente interesante ver cómo se relaciona el optimismo con la tendencia a realizar un consumo más reflexivo encaminado hacia actos de compra más conscientes o consecuentes, y viceversa: apenas un 2 % de los ciudadanos optimistas en su vínculo hacia las marcas muestra patrones de consumo reticente”, indica el documento.
La investigación también evalúa los canales a través de los que el consumidor se informa y en el examen los medios de comunicación pierden frente a las redes sociales. Por último, el IV Estudio Marcas con Valores 2022 señala que los consumidores más abiertos y predispuestos a entablar relaciones de confianza con las marcas son aquellos que, a su vez, deciden y actúan por sí mismos como consumidores conscientes; y llega a una conclusión: los valores son decisivos a la hora de tomar decisiones de compra.