Diseño amable para dotar de simpatía a los nuevos robots recepcionistas

Foto: Pablo López

Los robots de la empresa Futura Vive presentan una apariencia agradable pero distinta a la de un ser humano para facilitar la interacción con las personas


PABLO LÓPEZ


Con un diseño amable, que lo haga parecer simpático y cercano, pero sin asemejarse demasiado a un ser humano de carne y hueso. Así es Tokio, el simpático robot recepcionista que presentó en la feria de turismo Fitur la empresa Futura Vive y que ha venido al mundo para liberar de carga de trabajo a los empleados de hoteles, restaurantes y otros negocios.

Cuentan Víctor Castellote y Javier Buitrago, dos de los artífices de este ingenio de la tecnología, que las formas, los andares y la expresión de Tokio responden al hecho de que existen muchas personas que se sienten intimidadas al interactuar con un robot. De ahí que el hecho de que Tokio parezca un ser entrañable resulta fundamental para que pueda cumplir su propósito.

“Puede ser que los robots intimiden a las personas o les den miedo, así que buscamos que tengan aspecto amable, infantil y un tanto ambiguo, en el sentido de que no tengan género“, apunta Víctor Castellote ante los gestos afirmativos de Javier Buitrago, el encargado de hardware de Futura Vive.

La casualidad hizo que algunos de los robots de Futura Vive tengan, por sus nombres, una vinculación no buscada con La Casa de Papel y es que tres de los ingenios tecnológicos con inteligencia artificial llevan nombres de personajes de la conocida serie. Al ya mencionado Tokio, se suman Río y Nairobi. “Que lleven esos nombres no tuvo que ver con La Casa de Papel, pero sí es una coincidencia bastante grande”, comenta el responsable de software de la empresa de robótica.

Nada que temer

Pese a lo mucho que los robots pueden ayudar en las tareas del día a día en los negocios del sector alojativo y en la hostelería, los empleados de Futura Vive aseguran que, al menos en el corto y medio plazo, la raza humana no tiene que temer a que estos artefactos terminen por hacerse con el control.

“El futuro, claramente, va hacia los robots, pero en ningún momento van a acabar con el factor humano. Lo que harán es quitarle carga de trabajo a las personas, de forma que el factor humano quede para las relaciones sociales. Es muy difícil llegar al nivel que se ve en algunas películas. No van a suponer un peligro para la humanidad, al menos no de momento. Dentro de muchos años, puede ser, pero de momento no”, señala Castellote en presencia del mismísimo Tokio, que también estuvo en Fitur.

Llevar la comida a las mesas de un restaurante, registrar a los huéspedes de un hotel e incluso reconocer y recordar las caras de las personas son sólo tres de las tareas que puede completar el robot de Futura Vive presentado en Fitur.

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