Tres jugadores de rugby han contado su historia gracias a un novedoso acuerdo con Canon
REDACCIÓN
Canon ha alcanzado un novedoso acuerdo con la selección portuguesa para mostrar su camino y la imagen más humana durante la Rugby World Cup, evento que la multinacional patrocina por tercera vez. De este modo, ofrecerá una mirada cercana de los jugadores, en particular de Jerónimo Portela, João Granate y Mike Tadjer, que han contado cómo comenzó el viaje que emprendieron para cumplir su sueño de representar a su país.
Los jugadores de la selección portuguesa han hecho uso de las cámaras PowerShot V10 de Canon para contar sus historias más allá del terreno de juego
A lo largo del campeonato, cuya final se celebrará el próximo 28 de octubre en el Stade de France de Saint-Denis, los jugadores de la selección portuguesa han hecho uso de las cámaras PowerShot V10 de Canon con el objetivo de contar e ilustrar sus historias más allá del terreno de juego y, gracias a esta iniciativa, han podido reflexionar sobre qué significa para ellos la familia.
Tres historias del rugby
Jerónimo Portela ha narrado su historia y recuerdos asociados a este deporte, y en particular a la relación que mantiene con su padre a través del rugby. El padre de Jerónimo, Miguel, fue convocado más de 50 veces para jugar con Portugal y formó parte de la selección en 2007. Y aunque Jerónimo tenía solo seis años, la pasión de los aficionados y del equipo ha permanecido.
Otra de las historias, la encontramos en Mike Tadjer, hooker del equipo. El jugador ha narrado la historia de su madre de origen sirio y nacida en Madagascar. Mike cuenta que antes de que su progenitora se trasladarla a Francia a una edad temprana, destacaba por su implacable impulso y ética en el trabajo, algo que está orgulloso de haber heredado. De ella dice que le viene la capacidad de cuidar a sus compañeros de equipo y amigos y su capacidad de no rendirse nunca.
Por último, João Granate también narra la relación que mantiene con su padre y el papel que jugó en su vida para convertirse en el jugador que es hoy. Su padre era el médico del equipo en el torneo de 2007. El jugador cuenta que siempre estaba con ellos, por lo que era el aficionado número uno. La cercanía al equipo, la inquebrantable ética profesional de su padre y el partido de Portugal contra una de las mejores selecciones de este deporte puso a João en la senda de representar a su país.