Alejandro G. Iñárritu: “Todos hemos sido, somos y seremos emigrantes: es la naturaleza humana”

Alejandro González Iñárritu dirigiendo durante una toma de captura de movimiento. Crédito: © Legendary Foto: Chachi Ramirez

Alejandro González Iñárritu
Cineasta, guionista, productor, locutor y compositor. Director de ‘Carne y arena’

“La tecnología debe apelar a uno de los instintos más primitivos del ser humano: la compasión”


CARLOS B. TORRADO


Pocos cineastas tienen un trayectoria similar a la de Alejandro González Iñárritu. El oscarizado director, guionista, locutor y compositor mexicano es mundialmente conocido por su capacidad para contar historias conmovedoras y universales sobre la condición humana. Suyas son obras como Amores perros (2015), 21 gramos (2003), Babel (2006), Biutiful (2010) o las oscarizadas Birdman (2014) y The Revenant (2015). Sin embargo, su obra más reciente es un proyecto de realidad virtual de 2017 llamado Carne y arena, galardonado con un Óscar especial por parte de la Academia, que presentó este mes de julio en Santiago de Compostela, por primera vez en España.

El proyecto, abierto al público en el Museo Gaiás de la Cidade da Cultura desde la primera semana de julio hasta el 18 de septiembre de 2022, emplea sofisticada tecnología inmersiva para comprender el viaje de las personas migrantes que atraviesan la frontera entre México y los Estados Unidos. Carne y arena es un proyecto de realidad virtual que combina espacios físicos y virtuales para dar lugar a una experiencia única, producida por Legendary Entertainment, Emerson Collective y Fondazione Prada, en colaboración con PHI Studio, y que llega a la ciudad compostelana de la mano de la Xunta de Galicia y de la plataforma cultural 90_20.

Una experiencia virtual y vital

El viernes 1 de julio, día de la inauguración de Carne y arena en Santiago de Compostela, el oscarizado director mexicano se ofreció a responder a las preguntas de la prensa a través de una videoconferencia, donde destacó que este proyecto nace de su relación personal con el fenómeno de la migración: “Estar en movimiento es un estado natural del ser humano, y ahora esto se cuestiona de forma política, racista y económica“.

“He estado en el centro de este fenómeno de una forma u otra, rodeado de miles de mexicanos en todas las ciudades en las que he vivido, lo que me provocó una necesidad de tratar este tema de una forma natural, motivado por los miedos y la frustración ante la gente que no concibe que todos hemos sido, somos y seremos emigrantes: es la naturaleza humana. Que esto se cuestione hoy en día a través de la crueldad me parece un tema muy importante y relevante, en Europa y en América”, subrayó el cineasta.

“Esta experiencia permite al visitante caminar en los pies del inmigrante, por debajo de su piel y dentro de su corazón”

Un usuario en la experiencia. Crédito de la foto: Emmanuel Lubezki

A través de este proyecto, Iñárritu hace de altavoz de numerosos emigrantes mexicanos y centroamericanos que participaron en la producción y creación de esta experiencia. “Mi intención es experimentar con la tecnología para explorar la condición humana en un intento por romper con la dictadura del encuadre y permitir así al visitante una experiencia directa, caminando en los pies del inmigrante, por debajo de su piel, y dentro de su corazón”, explicó.

De esta manera, los participantes que visiten las instalaciones de Carne y arena experimentarán en profundidad un fragmento de los viajes de las personas refugiadas. Diseñada como una travesía en solitario para una persona, esta experiencia gira alrededor de una secuencia de realidad virtual en un espacio multinarrativo, con escenas que el propio director describe como “realistas e irreales al mismo tiempo“.

Tecnología y tradición para conectar realidades

Ante la potencia de la realidad virtual a la hora de contar realidades tan complicadas, el director mexicano explicó que “esta tecnología nos da la posibilidad de experimentar un evento de forma sensorial. En el cine, el espacio es bidimensional y el tiempo está fragmentado. En el caso de Carne y arena, el tiempo es presente, continuo, donde el punto de vista es subjetivo. El espacio pasa a ser multidimensional, por lo que la construcción de la historia ya no es algo abstracto, y entonces es el espectador quien maneja la cámara, quien experimenta la historia en su propia piel. Tu cuerpo se convierte en la película“.

Alejandro G. Iñárritu atendió a los medios por videoconferencia durante la presentación de Carne y arena en Santiago de Compostela. Imagen: Xunta de Galicia

El objetivo de esta experiencia es la búsqueda de un sentimiento muy profundo, que el director mexicano cree que “se ha olvidado”: la compasión. “Creo que actualmente hay una abstracción sobre lo que es un emigrante. Este fenómeno convierte a las personas en números en los océanos de Europa o en los desiertos de América. Allí, las personas se desintegran, se hacen polvo, se deshumanizan”, denunció Iñárritu.

“Cuando se conoce la historia y los motivos de un solo emigrante, toda la política, la ideología, los dogmas y el sistema de valores que nos han instruido se desvanecen. Este es el objetivo de esta experiencia sensorial: conectar las emociones con una vivencia real. La tecnología debe apelar a uno de los instintos más primitivos del ser humano, la compasión, para poner en funcionamiento la razón del corazón“, comentó el oscarizado cineasta.

“Nadie deja su país, su cultura, a su familia y a sus amigos por un puñado de dólares. El inmigrante es una oportunidad, no un enemigo”

Iñárritu espera que la instalación de Carne y arena en Santiago de Compostela sea capaz de poner sobre la mesa el drama de la emigración, que tristemente está a la orden del día por el conflicto ucraniano, la frontera estadounidense o el mar Mediterráneo. “Debemos buscar una solución cuanto antes a la desesperación que viven miles de personas sin trabajo, amenazados y que solo necesitan una oportunidad para vivir dignamente. Nadie deja a su país, a su cultura, a su familia y a sus amigos por un puñado de dólares. El inmigrante es una oportunidad, no un enemigo“, concluyó el cineasta mexicano.

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