Adán Argibay
Artista visual y director del documental ‘Ama-gi’
“Me he dado cuenta de que la publicidad reúne todo aquello que me gusta: el arte, la música, el cine, la filosofía, la comedia… y que también tiene la posibilidad de cambiar actitudes”
S. ÁLVAREZ
Acabas de estrenar Ama-gi, un documental en el que entrevistas a 12 ‘popes’ de la publicidad. ¿Ha cambiado tu opinión sobre el sector? Nunca he sentido demasiada pasión por el sector publicitario. Es verdad que siempre he estado vinculado al arte y al diseño, pero cuando empiezo a trabajar en este proyecto descubro de la mano de 12 grandes creativos el mundo de la publicidad y me doy cuenta de que reúne todo aquello que me gusta: el arte, la música, el cine, la filosofía, la comedia… y que también tiene la posibilidad de cambiar actitudes.
En esta obra apuestas por técnicas de realización cinematográfica inmersiva. ¿En qué consisten? En un principio este documental se planteó para verlo mediante dispositivos de realidad virtual o proyecciones de video mapping. Por cuestiones de narrativa y visualización del documental, finalmente optamos por montarlo en formato 2D, pero la esencia sigue siendo la misma. Las entrevistas se realizaron individualmente por diferentes partes de España para después llevarlas a un espacio virtual que transforma los testimonios individuales en un diálogo coral donde los entrevistados hablarán entre sí.
“Lo políticamente correcto fomenta el pensamiento único, eliminando el hecho de atreverse a meter un pie donde sabes que igual caes”
El título, Ama-gi, es una palabra sumeria y la primera expresión escrita del concepto libertad. ¿Crees que la creatividad es esclava de lo políticamente correcto? El término políticamente correcto nace con el afán de evitar cualquier posible discriminación u ofensa. Hasta aquí, sí que creo que cualquier término tiene que ser esclavo de este concepto. El problema es cuando esto se convierte en una doctrina, imponiendo de qué forma tenemos que hablar o pretendiendo influir en un pensamiento o en una forma de cómo comportarse. Se dice que la niñez es una época de esplendor creativo porque realmente no te ponen límites, no tienes prejuicios, se te permite y te permites expresar de la manera que quieres. Lo políticamente correcto fomenta el pensamiento único, eliminando el hecho de atreverse a meter un pie donde sabes que igual caes. Nos enseñan a ser prudentes, y no hay nada más contrario a lo que es el pensamiento creativo que eso.
Una de las conclusiones del documental es que en creatividad no tiene por qué haber una sola respuesta ¿hay líneas rojas que no deben cruzarse? Hablamos de un término ambiguo y que, dependiendo del momento, del sector y de la persona que lo utilice, se le atribuyen unos componentes u otros. También es cierto que el concepto ha atravesado algunas líneas que nos han llevado a la confusión. No tengo muy claro que verdaderamente sepamos lo que es la creatividad, ni que utilicemos el término de forma correcta. Sí sé que la creatividad no es tocar música o hacer dibujos, no es artesanía. Eso son técnicas, el pensamiento creativo es algo más complejo que surge dentro de lo más profundo de las personas.
“La creatividad no es tocar música o hacer dibujos. No es artesanía. Es algo mucho más complejo”
Como artista, ¿eres optimista sobre el arte visual en Galicia? No soy la persona más adecuada para opinar porque no he tenido demasiado contacto a nivel gallego. He expuesto en diferentes ciudades de España, pero nunca me ha surgido la oportunidad de hacerlo en Galicia. La realidad que observo es que Galicia tiene una universidad de Bellas Artes y diferentes escuelas de Artes y Oficios donde forman cada año a un número ‘x’ de alumnos que difícilmente tendrán salida en este territorio. Hay que ser optimista y luchar para cambiar esto.
¿Cómo valoras el papel de asociaciones sectoriales como el Clúster da Comunicación de Galicia? Me parece esencial la labor de cualquier asociación que represente y potencie el talento, dándole valor al papel que tiene la comunicación en Galicia. Yo personalmente he tratado más con Creatividade Galega y con su director, Julián Abad, al que siempre le estaré agradecido por su colaboración e implicación, contribuyendo a que esta pequeña locura de documental se hiciera realidad.
